Noviembre, 2024
Antes de una sesión de meditación con una mujer de Bélgica, me contaba que aunque estuviera de vacaciones en un encantador lugar como lo es Salobre Hotel Resort & Serenity, no conseguía entrar en ese mood, en ese estado de calma y serenidad. Sentía que todavía tenía "eso en el cuerpo", esa sensación de ir rápido, en piloto automático y en constante alerta.
La guié en un trabajo de respiración consciente, con sonidos, aceite esencial y con otras herramientas para que disfrutara de los estímulos del momento presente y así soltar esa sensación de estrés. Mi trabajo y mi misión es devolver a la gente a ese estado de quietud interior, aunque sea por breves instantes, pero que valga la pena y que comprendan que ese estado no está en un hotel cinco estrellas en una isla paradisiaca sino que está dentro.
El estrés genera una cadena de reacciones químicas y físicas en el cuerpo. Es un mecanismo de defensa necesaria en la mayoría de las especie, sin embargo, el ser humano ha desarrollado el estrés crónico que abre de par en par la puerta a trastornos y enfermedades, muchos de ellos ya catalogados como algo "normal".
De hecho, pocas personas se dan cuenta que sufren estrés crónico porque es el mood, el estilo de vida de la sociedad actual.
Guiar a personas en una situación extrema de agarrotamiento fìsico y tensión muscular es un trabajo que se debe hacer con dedicación y empatía. No se puede llegar al núcleo si la capa más externa (el cuerpo) se encuentra en un estado de hiperactivación.
Por eso en hatha yoga damos énfasis en la limpieza, pureza, fuerza y flexibilidad del cuerpo.
Porque es la vía más accesible que tenemos hacia la fuente de la creación: el Ser.
Si tenemos un cuerpo rígido y/o enfermo, el simple hecho de permanecer inmóvil en cualquier postura, bien sea sentado, acostado, de pie o haciendo asana (posturas) nos causará dolor e incomodidad porque la estructura del cuerpo no está en armonía.
Hay que volver al estado natural del cuerpo y sus sistemas: homeostasis.
El afán de vivir hacia afuera es muy peligroso.
Se dice que cuanto más te alejas más fácil es perder el rastro de regreso entonces pocos se atreven o se olvidan de volver porque hay que dedicarle tiempo y tiempo hoy día no es algo que sobre mucho.
De pequeños nos educan a cumplir con las exigencias y los roles sociales que debemos cumplir y no nos enseñan el deber y la responsabilidad de gestionar nuestras propias emociones.
Días después, me encuentro a la misma señora en una clase grupal y al terminar me comenta que tras años de ir a clases de yoga ha podido sentir realmente esa conexión, esa sensación, esa unión. Al experimentarlo ahora sabe de qué se trata todo esto.
Como profesora, mi mayor intención es que la persona entienda que ese sensación no es algo que se deba forzar sino totalmente lo contrario: es algo que surge cuando te abres al no-hacer.
Vivimos llenos de compulsiones y creemos que así somos, nos identificamos con lo que es la mente y lo que el cuerpo es.
Solo cuando sueltas... sucede la magia.
Con amor
Vero.