Enero, 2022
Hablemos un poco de los famosos ocho pasos del yoga descritos por Patajñali.
Poco se sabe con exactitud quién fue realmente Patañjali. Su nombre aparece en varias obras que datan entre el siglo II a.c y el iv de nuestra era. Naturalmente no puede haber sido una sola persona, se cree que ese nombre hace referencia a varios personajes que hayan escrito las diferentes obras de gramática, de ayurveda y del yoga. Como buena tradición hindú hay varios mitos en torno a esta figura, sin embargo sus enseñanzas son únicas.
Ashta significa ocho y anga hace referencia a partes, entonces el ashtanga yoga de Patañjali descritos en los Yoga Sutras, nos sirve como base fundamental de nuestra práctica espiritual o sadhana.
Los sutras son textos antiguos en el que se exponía un conocimiento transmitido por tradición oral y muy sintético. Hoy puedes encontrar libros con la explicación de cada sutra de forma más extensa y analítica.
Estos ocho pasos se dividen en aspectos internos y externos, siendo cada uno importante y se retroalimentan entre sí para alcanzar el objetivo: moksha o liberación espiritual.
Te daré una brevísima introducción a cada uno de ellos.
Aspectos externos o baringa:
Yama: abstenciones y restricciones en el entorno social, una invitación a la ética. Los cinco yamas nos ayudan a suavizar las fricciones y conflictos de la convivencia humana.
Ahimsa: no violencia, bondad.
Satya: veracidad, no mentir.
Asteya: no robar, honestidad.
Brahmacharya: moderación de nuestros instintos-deseos.
Aparigraha: no acumular, no poseer.
Niyama: disciplina interna, reconocimiento de nuestra individualidad y responsabilidad sobre nuestras acciones. También son cinco:
Saucha: pureza.
Santosha: satisfacción.
Tapas: disciplina.
Svadhyaya: autoestudio.
Ishvara-pranidhana: devoción.
Asana: el aspecto físico. Este peldaño nos invita a habitar el cuerpo armoniosamente y desde el bienestar a través de la fuerza, flexibilidad, equilibrio, coordinación y precisión. El trabajo con el cuerpo va más allá de lo postural. Entra en juego dos aspectos que se deben ir puliendo: Sthira & Shuka conceptos que nos indica que debemos encontrar firmeza y comodidad.
Pranayama: el maravilloso mundo de la respiración que purifica las vías respiratorias, aumenta la capacidad pulmonar e incrementa el aporte de oxígeno, la energía vital. Tanto vigoriza el cuerpo como calma la mente. Es más sútil que el trabajo postural y se complementan recíprocamente en la práctica.
Pratyahara: Aquí se da la transición de un yoga externo a un yoga interno. Los cuatro pasos anteriores deberán crear un suelo fértil para el cultivo de la introspección. Surge la necesidad de reducir los estímulos que nutren los sentidos. La percepción no es solo el impacto de los órganos sensoriales sino del contenido cognitivo que vamos acarreando en el camino. Esta retirada de los sentidos abre la puerta a la relajación y a la presencia.
Aspectos internos o antaranga:
Dharana: concentración. Detener la dispersión de la mente y llevarla hacia una atención voluntaria hacia dentro y/o hacia afuera. Una observación profunda de la realidad exige un cierto autocontrol.
Dhyana: meditación. Todos los pasos anteriores han ayudado a llevar la mente ordinaria [entre la confusión, ruido y la dispersión] a una mente más calmada y centrada. Aquí se abre una puerta hacia la identificación de tu verdadera naturaleza.
Samadhi: en el último peldaño se establece una profunda relación entre la concentración y la meditación originando la absorción de la mente. Es un proceso progresivo y por etapas que nos llevará a la famosa Iluminación.
Con eterna sabiduría
Vero.